Origen de la primera alfombra

La alfombra más antigua encontrada hasta la fecha, es la alfombra Pazyryk. Esta fue descubierta en 1949 en un cementerio situado en una colina de las montañas de Altái y tiene 2.500 años de antigüedad.

Estos indicios indican que las alfombras tejidas a mano se fabrican desde hace por lo menos 2.500 años, y probablemente mucho tiempo atrás. Se les atribuye la invención de la alfombra a pastores nómadas asiáticos, estos tenían ovejas en su posesión y las alfombras les servían como mobiliario ideal, con el beneficio adicional de permitirles perpetuar emblemas místicos y demás símbolos tribales. No fue sino hasta el Siglo XVI que los persas comenzaron a cultivar el arte de tejer alfombras. Grandes artistas crearon los patrones ornamentales que aún caracterizan a las numerosas variedades diferentes de alfombras. Algunas de estas magníficas alfombras llegaron hasta Europa, pero estaban reservadas exclusivamente para las casas reales y los nobles.

A finales del Siglo XIX, se exhibieron las primeras alfombras orientales durante las ferias de exposiciones mundiales en Viena (1873, 1890) y en París (1878), esto desató un auge por las alfombras, lo que a su vez propició la fundación de las primeras tiendas especializadas en Europa. En ese entonces las alfombras eran consideradas artículos de lujo, que sólo la nobleza y la nueva clase media podían permitirse. No fue sino hasta un siglo más tarde, aproximadamente en 1984, que los precios de las alfombras cayeron debido a la crisis económica de Irán, lo que hizo que las alfombras se convirtieran en piezas de mobiliario accesible. Hoy en día la oferta es bastante amplia, ya que va desde baratijas producidas en masa, hasta fascinantes tesoros tejidos manualmente hechos de lana teñida con pigmentos naturales.

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