Desde hace algún tiempo, la tendencia vintage está de moda. Porque en el valiente nuevo mundo del consumo cada vez más rápido, la tradición y la sostenibilidad de lo antiguo es una orientación en la estética que da paz y familiaridad. En una habitación, la alfombra vintage aporta paz y, al mismo tiempo, un objeto de diseño emocionante. Combinada de este modo, una alfombra de aspecto vintage es un verdadero punto de atracción cuya característica realza una habitación hasta ahora lisa y aburrida.
Por según qué razones, cada vez más personas llevan ropa de segunda mano, compran alfombras antiguas y dan importancia a las motos de carreras retro, por citar sólo algunos ejemplos. Su carácter propio, una forma de fabricación más sostenible y su estilo elegante y atemporal son sin duda razones que explican este desarrollo.
Encontramos el consumo de masas en cada esquina. La industria escupe cantidades ingentes de productos que poco tienen que ver con la artesanía. Juguetes de plástico que además huelen exactamente igual o ropa cuya vida media es de unos meses como mucho. Los grandes centros de fabricación del mundo se centran en la cantidad barata en lugar de en la calidad sostenible. Esto permite un consumo barato y un disfrute efímero de los productos.
Los productos antiguos o simplemente viejos constituyen una contratendencia en este sentido, cuya popularidad no deja de crecer. Disfrutamos de bienes de auténtica artesanía que siguen funcionando y son bellos incluso después de décadas. Sólo están disponibles en cantidades limitadas y duran décadas. Sobre todo la pátina o las huellas del uso dan carácter a estos productos y les insuflan vida, algo que los productos industriales baratos sólo pueden imitar.
En muchos salones se pueden encontrar preciosas alfombras fabricadas hace muchas décadas. Reflejan la tradición artesanal que ha existido durante siglos en muchas regiones, especialmente en Oriente Próximo. A pesar de llevar muchos años en uso, estas alfombras vintage brillan con un gran aspecto. En cambio, las alfombras modernas de producción industrial pierden brillo, forma y consistencia en pocos años. Sus fibras sintéticas y colores no resisten la luz solar directa y se decoloran antes de que nos demos cuenta. En estancias muy transitadas, las fibras se desgastan mucho más rápido y la vida útil de las alfombras es muy corta en comparación con las anudadas a mano.
Las alfombras anudadas a mano, fabricadas de forma artesanal y teñidas con tintes naturales, ganan en belleza con el paso de los años. Su pátina y el ligero desgaste de los colores -conocido como abrasión en la jerga técnica- confieren a las alfombras individualidad y un carácter incomparable. Los expertos afirman incluso que una alfombra persa se vuelve aún más bella con el paso del tiempo. Su punto fuerte es que envejecen con gracia y no tienen que ir a la basura. El medio ambiente también lo agradece cuando alfombras de alta calidad, de larga duración y fabricadas con materiales naturales decoran las habitaciones en lugar de tener que llevarlas al vertedero al cabo de unos años.
Las alfombras patchwork son una declaración de intenciones especial. Las alfombras patchwork de aspecto vintage se fabrican a partir de alfombras antiguas que se cortan en trozos pequeños y se cosen para hacer una nueva. Así se crean patrones que no existen en ningún otro sitio. Cada una es única y muy especial. Se utilizan sobre todo kilims y alfombras orientales de tejido plano. Salvajemente mezcladas o artísticamente combinadas, hay alfombras vintage en diseño patchwork para todos los gustos, que combinan tradición y modernidad.
Sin embargo, las alfombras patchwork no sólo existen desde anteayer. Las alfombras antiguas se combinan con otras nuevas desde hace mucho tiempo con el fin de renovar la vida de las alfombras recombinándolas. Las alfombras utilizadas para el diseño patchwork suelen tener décadas de antigüedad y muestran claros signos de uso. Pero es esto lo que confiere a las alfombras su personalidad, lo que también da a sus cuatro paredes esa frescura especial.
Con las alfombras vintage -ya sea en diseño patchwork o no- estará justo en la tendencia. Las huellas de uso no son prueba de una calidad inferior, sino de una larga vida que aún no ha terminado. Además, aportan individualidad y un carácter inconfundible. Exactamente adecuado para nuestro tiempo, en el que los productos fabricados en serie son la norma.
